27.1.07

Excursión por el valle perdido [y II]

Amaral en la minicadena.


Después de unas semanas moviditas y bastante liosas... retomo la buena costrumbre de colgar algunas fotos y escribir algo. Visto lo visto...para escritor no voy... eso seguro.


Bueno... pos eso prosigo con el relato de la caminada por el valle perdido.


Depués de dejar la fuente del Navarro, nos pusimos camino de la Masía del Rebollo, y como no conseguimos encontrar el camino... pues nos pusimos campo a través. Atravesamos bancales y antiguas balsas de riego... como la de la foto y cuando estábamos a punto de llegar, nos encontramos con el único pastor de la zona, Felipe de la Cima, hombre amable y campechano que, sorprendentemente, conocía a mi tía... ya que cuando bajaba con su padre por el Tormo a esquilar ovejas, esquilaba también a las de mi abuela y, supongo yo, que se acordaba de la moza de mi tía... la leche... pero el día aún tenía más sorpresas...



nada más dejar a Felipe... llegamos al Rebollo... dónde mi abuela solía hacer "la charradica"con la tía... mmmm... leches ahora no me acuerdo... bueno ya le preguntaré a mi tía... y descansar un rato, camino de la Sierra. Allí, en el Rebollo, vive un hombre, para sorpresa nuestra, y después de hablar un rato con él... nos enteramos que era hijo de aquella mujer con la que conversaba mi abuela... Sí ya lo decía aquel, la vida es un "moquero".



Dejamos el Rebollo y nos dirigimos al Masico, masía cercana que tiene unas impresionantes vistas del valle que acabamos de atravesar.



Entramos por la calle principal, sólo tiene una, y al fondo vimos un niño, ¿un niño? ¿aquí?...no pué ser..., nos acercamos y descubrimos que en los fines de semana una familia, hija de la masada [supongo], subía desde Burriana a descansar y disfrutar de la tranquilidad del lugar, además las vistas son tremendas...


Desde el Masico se tenía unas magníficas vistas de la comarca y la Sierra Javalambre, nevada, al fondo...


Desde el Masico iniciabamos el camino de vuelta... ya era la hora de comer y teníamos que volver a cruzar el valle...


Al iniciar el descenso... vimos unas piedras... desde donde se veía el Hostal, al fondo del valle, y decidimos parar a comer... era un buen sitiio... abrigado... con solete... tranquilo...



Comimos con verdaderas ganas... había hambre... pollo y conejo "rustido" con pan gallego y vino del primo... fruta y agua, también...


Después de comer proseguimos el descenso, pasando al lado de la Casa Blanca, hasta que llegamos al Hostal, al lado del riachuelo que recorre el valle... Allí vive "El loco del Hostal" dicho así, porque es el único que vive en un radio de 5 km a la redonda... solo, sin luz y agua... en la casa que fuera de su madre... Según cuentan, se jubiló y dejo Barcelona para vivir en este lugar... ¿por qué? pues no lo sé... pero como no estaba en casa, según nos dijo un trufero estaba en Barcelona, con los hijos pasando las Navidades, pues quedó la duda pendiente...
Del Hostal, iniciamos el ascenso y, después de insistir bastante, conseguí que nos desviasemos un rato para pasar por los Mores... La masada más grande del valle y hoy, completamente abandonada. Sólo había estado una vez... y me sorprendió gratamente. Tenía escuela, Frontón... un cubo de vino... horno... la verdad era un verdadero pueblo... pero la falta de servicios [el practicante del Tormo no quería subir, menudo mendrugo] y comunicaciones hizó que se despoblará rápidamente en los años 50-60...
la escuela con el frontón pegado a ella, magnífico... sin lugar a dudas...
Vista de la calle principal de pueblo... donde es fácil hacer volar la imaginación y imaginar tiempos pretéritos...
Después de los Mores... carreter y manta... que caía la tarde... y no apetecía llegar de noche a casa... cosa que no ocurrió por escasos minutos...
Día intenso... nos pasamos andando unas 8h... pero muy interesante y divertido...


Fué un gran día... donde uno entiende lo que es y sueña con lo que quiere ser.


Al llegar al pueblo, nos enteramos de que una hormigonera se había quedado "patas pa riba" en la lometa debido a un socabón de la calle... yo no me lo creí, pero al día siguiente fuimos y lo comprobamos... el chaval que la conducía volvió a nacer... la leche... ahí os dejo la foto...


en dos palabras... im presionante...