14.1.07

Excursión por el valle perdido [I]

Los Secretos en la microcadena.
Navidad 2006.
Frio intenso, en la casa de los Cigarra. Tardes delante la lumbre dejando pasar el tiempo... tranquilidad... pequeñas historias de nuestros abuelos, plagadas de hambre y penalidades... de momentos tristes y alegres... de fuertes hombres convertidos en espejos de sí mismos... de nostalgía de tiempos pasados de plenitud y bonanza.
Propuesta de hacer una excursión...
a Santana digo yo...
uy no... está muy lejos... mmmm... mira vamos al Rebollo que pasé el otro día con las ovejas de Leopoldo y así de paso os enseño donde encontré las que se habían descarriado, cerca del Corral de Alberto. La faena que tuve para sacarlas de allí.
¿Té vienes tía?
mmm... vale... cogeremos una cestica y comeremos en la montaña.
Niña... mañana de excursión...
mmm... vale... pero que no nos cansemos mucho.
Sólo lo justo.

San Esteban 2006.

La caminada es hacia el norte, camino de Zucaina, camino de Teruel. Y como no podía ser de otra manera, se empieza subiendo por el camino que sube al Corral de Alberto, pasando por la viña del Tio el Civil y dejando a la derecha la Venta del Abuelo Cigarra [Cigarra original, según las informaciones de que dispongo].

El caminar anima a la Tía Cigarra a contar historietas de abuelos, de vidas y épocas pasadas... de cuando los caminos estaban limpios y en los bancales crecían las higeras, garroferas y olivos...

Algunas de ellas de lo más divertidas...


Desde el cerro, encima del Corral de Alberto, se tenía una magnífica vista del valle del Mijares, con su manto de Pino Blanco flanqueando su sinuoso discurrir... Cirat al Oeste...

Y Torrechiva y el Mar al Este...

Nada más cruzar el cerro, el paisaje cambia, más húmedo, más frío, más cerrado y más inóspito... no hay pueblos, ni carreteras, ni líneas de alta tensión, ni campos... sólo Masías abandonadas, pistas forestales y una masa boscosa de pinos aderezada con robles y carrascos... con sus trufas y todo...


Y la presencia, en el horizonte, de Peñagolosa, dorada por el sol de la mañana...

Después de 3 horas de tranquila marcha... llegamos a la primera masía... al Navarro.
De las tres casas que había, todavía una queda lo suficientemente en pie como para atreverse a entrar y imaginarse como debería ser la vida de los masoveros que la habitaron no hace más de 40 años...

Corcofas de maiz... como colchón...

La dispensa, fresquera o como quiera usted llamarla, donde guardaban los productos perecederos y salaban los jamones...


Camino arriba, llegamos a la fuente del Navarro. Fuente de buena y abundante agua [ahora con la sequía perpetua que nos acecha, no tanto], como prueba que la fuente sirva de linde a cuatro términos municipales, Cirat, Arañuel, Ludiente y Zucaina. Así los habitantes de estos términos podían hacer uso de ella en épocas de necesidad... Agua fuerte, para beber en sorbos cortos y pausadamente, ya que si no, sienta mal, o al menos eso decía la abuela... "A los mulos siempre se les rompía el agua"...

Cerca del Rebollo estábamos... en un día radiante... de frio invernal... pero eso queda para otro post...

Continuará...

Sigo empeñado en que alguién me haga caso, convicción no tengo pero perseverancía mucha, así que aquí os dejo un link, donde podréis escuchar un fragmento de la BSO de Cándida, donde un tal Pitingo hace una versión de la canción de Gwendoline de Julio Iglésias.
Brutalmente buena.